Ser voluntario, trabajar para determinadas causas sociales, es algo usual y que todo el mundo conoce. De hecho, según el último estudio de la Plataforma de Voluntariado de España, en torno a 400.000 personas fueron voluntarios en alguna causa solidaria en nuestro país durante el último año. Sin embargo, el voluntariado basado en aptitudes profesionales, el trabajo pro bono, no es tan conocido, pero sí práctica habitual en determinados sectores económicos, especialmente el jurídico.
Realizar un trabajo pro bono (o también llamado pro bono publico) consiste en poner el talento o experiencia profesional al servicio de un proyecto social. Se trata de una expresión latina, que quiere decir «para el bien público». Quien realiza un trabajo pro bono no solamente contribuye al bien común, sino que obtiene una recompensa personal al tiempo que crece profesionalmente.
Como decíamos, se trata de una praxis común en el ámbito de la abogacía y especialmente en Estados Unidos, donde el 73% de los abogados americanos realizan trabajos pro bono, según cifras de la American Bar Association, lo cual parece que comienza a tener calado en nuestro país. Según Alberto Mata, abogado del despacho Gómez-Acebo & Pombo, «esta cultura de voluntariado especializado se posicionará en un futuro próximo como una de las principales actividades dentro de la responsabilidad social de la abogacía española». Otro sector con gran tradición en Estados Unidos en materia de pro bono, es el de la comunicación, con la aparición en 1941 de The Ad Council. Esta asociación sin ánimo de lucro promueve el trabajo pro bono de expertos en materia de comunicación para la creación de campañas de interés general.
A día de hoy, el trabajo pro bono va más allá de estos sectores y comienza ahora a extenderse a otros países de Europa, donde cada vez se valora más a nivel empresarial el hecho de realizar este tipo de voluntariado profesional. Igualmente, las propias empresas cada vez ofrecen más a sus empleados la práctica de este tipo de voluntariado corporativo, en sectores como finanzas, recursos humanos, tecnología, administración y marketing, entre otros.
Innovación e implicación social para las empresas, crecimiento profesional y compromiso para los trabajadores y mayor impacto en sus actividades para las organizaciones con un fin social o medioambiental, son los principales beneficios para la sociedad de la extensión de las prácticas de pro bono.
En Work for Social trabajamos para facilitar que el trabajo pro bono sea cada vez más común y cercano a todos y que sea un ejercicio habitual por parte de todos los trabajadores, sin importar qué sector o actividad.
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Foto por Mines_ParisTech